Una mujer que tenía una granja en la cual
tenía una gallina que le ponía un huevo todos los días, pensó
que si le daba de comer más a la gallina, esta le pondría por lo
menos unos dos huevos al día, así que, desde ese día comenzó a alimentar a la
gallina de forma abundante.
Al cabo de unos días, la idea de la mujer no
daba resultados, la gallina no ponía más huevos, incluso dejo
de poner el huevo diario al que estaba acostumbrada, y lo único que se sacó la
mujer, fue que la gallina se engordase.
Moraleja de la fábula: la mujer y la gallina
La moraleja de esta fábula de Esopo nos dice que: Cuando hay
demasiada abundancia, esta bloquea el adelante del ingenio de las personas, ya
que cuando no hay control ni sabiduría, forzar lo que está dando normal, para
que te dé más, puede ocasionar que pierdas lo que estas ganando.
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