Envidiando la suerte del Cochino,un Asno maldecía su destino.«Yo, decía, trabajo y como paja;él come harina, berza, y no trabaja:a mí me dan de palos cada día;a él le rascan y halagan a porfía.»Así se lamentaba de su suerte;pero luego que advierteque a la pocilga alguna gente avanzaen guisa de matanza,armada de cuchillo y de caldera,y que con maña fieradan al gordo Cochino fin sangriento,dijo entre sí el jumento:Si en esto para el ocio y los regalos,al trabajo me atengo y a los palos.
jueves, 1 de diciembre de 2016
El asno y el cochino (Félix María Samniego)
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